Los injertos de hueso son utilizados para sanar a la columna después de la operación, ya que muchas partes pueden quedar trituradas, esta mezcla del hueso antiguo y el nuevo resulta en un hueso compacto mucho más firme y sólido.
El cirujano puede tener tres tipos distintos de material para el injerto de hueso:
-Injerto externo: hueso tomado de un cadáver humano.
-Auto injerto: hueso tomado del mismo paciente usualmente de la parte posterior de la pelvis o de una o más de sus costillas.
-Expansores de hueso: substancias artificiales como la proteína morfogénica de hueso, se usa para expandir pero no reemplazar totalmente al hueso.
En la operación se utiliza una técnica llama fijación interna en la cual se endereza la columna utilizando un instrumento de metal alargado que sirve para fijar la columna hasta que este completamente fusionada
Este tratamiento está direccionado para pacientes con una curva torácica mayor que 50°, aún cuando ella puede ser estéticamente aceptable para el paciente. Las curvas más pronunciadas que 50° tienen patogenicidad y mortalidad aumentadas y, aun después de que el crecimiento vertebral se completa, pueden aumentar su curvatura y usualmente lo hacen. La capacidad vital tiende a disminuir en curvas de más de 60°.
La cirugía es efectiva en un
Todo esto dependerá de la flexibilidad de la columna de la persona operada, sus grados de escoliosis, su genética, el cirujano que lo opere entre otros factores.
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